Estamos en otoño y es época de castañas. Producto sencillo que casi ha desaparecido de nuestras calles en invierno y que tanto ayudó a eliminar el hambre y las penas en tiempos difíciles.

Pero hoy quiero contar un aspecto desconocido de las castañas, el papel que en su momento jugaron con arma de guerra. Quizás parece difícil de creer pero fue así. Desde luego no fue un caso aislado. La guerra y la alimentación han estado relacionadas otras veces. v.gr. la invención de la comida enlatada está conectada con la necesidad de que la tropa tenga alimento que dure más tiempo.

Estamos en Inglaterra en plena Primera Guerra Mundial. Los ingleses necesitan acetona para fabricar cordita, un tipo de pólvora sin humo compuesta de nitroglicerina y algodón. Esta pólvora, como explica Javier Sanz, “era más potente, más precisa y sin humo. Solo producía una leve niebla gris azulada y permitía a los francotiradores disparar sin descubrir su posición, no ensuciaba los cañones de fusiles y piezas de artillería, y no oscurecía el campo de visión de quien manejaba una ametralladora”

En un primer momento la acetona se obtenía de la destilación de la madera. Pero en el año 1915 la guerra estaba en una situación tan crítica que se necesitaban grandes cantidades de acetona. Para solventarlo el gobierno inglés (siendo en ese momento Winston Churchill el ministro de armamento) pidió al químico Chaim Weizmann que desarrollase un método para hacer acetona. Weizmann ideó primero un sistema para su obtención desde una gama de alimentos almidonados como maíz y arroz. Sin embargo en el año 1917 estos productos eran más necesarios para comer que para hacer acetona. Hacía falta otra alternativa nueva y se encontró en las castañas. En Inglaterra había abundancia de ellas.

Y manos a la obra. El diario The Times el 26 de julio de 1917 publica: “El gobierno necesita semillas de castaño, sin las cascarillas verdes, para el Ministerio de Municiones. Las nueces reemplazarán a los cereales que han sido necesarios para la producción de un artículo de gran importancia para la guerra”. A los niños se les entregaba 37.5 peniques (hoy US$34) que ofrecía la Oficina de Guerra por cada centena (medida que equivale a 4 arrobas – cada arroba equivale a 11,502 kg) que recogieran. Durante semanas exploraron los bosques y caminos en pos de las castañas con las que solían jugar en el recreo.

El proceso de producción no se inició hasta abril de 1918 y su producción paró tres meses después. En noviembre finalizó la guerra.

Curiosamente Chaim Weizmann (sionista) está directamente relacionado con la firma de la Declaración de Balfour el 2 de noviembre de 1917 precedente del Estado de Israel. Cuando finalmente se estableció en 1948, Weizmann se convirtió en su primer presidente. Las castañas fueron en parte responsables.

Chaim Weizmann

Para saber más:

  1. http://www.bbc.com/mundo/noticias-41669681

2.- “War: From Ancient Egypt to Iraq” Saul David.

3.- http://historiasdelahistoria.com/2014/07/20/la-creacion-del-estado-de-israel-el-quimico-y-las-castanas

4.- file:///D:/Usuarios/ju000286/Downloads/Estudio-Castana-Vid%20(1).pdf